El perdón es el inicio para amarte a ti mismo por completo

El perdón es el inicio para amarte a ti mismo por completo

Para integrar el perdón a nuestras vidas es indispensable amarnos por completo. Cuando nos amamos completamente tenemos certeza de quienes somos, qué es lo que queremos y nos conocemos profundamente. Al amarnos por completo, sabemos darnos nuestro lugar y nuestro valor, por lo cual, no permitimos que nada ni nadie nos lastime ya que tenemos límites sanos en nuestra vida. Al mismo tiempo, como nos amamos, no tenemos la necesidad ni la energía para lastimar a otros ni para pasar sus propios límites. Tenemos un ego completamente equilibrado y ese equilibrio y armonía lo tenemos en todas las áreas de nuestra vida, en todas nuestras relaciones y en todo lo que vivimos.

 

Cuando apenas estamos desarrollando nuestro amor propio, algunas veces suceden situaciones de abuso, de rechazo o de resentimiento que causan dolor en nuestra vida. La mayoría de las personas experimentamos tanto situaciones que nos causan dolor como situaciones en las que nosotros causamos ese dolor. Sólo al perdonar, podemos superarlas, sanarlas, dejarlas atrás y por ende amarnos de verdad a nosotros mismos.

 

En las situaciones en las que el dolor fue hacia nosotros, es importante reconocer que parte de nuestro amor propio lo permitió, no por el dolor que se pudiera causar, si no por el aprendizaje que la experiencia puede brindar, para ayudarnos a madurar emocionalmente y en algunas ocasiones incluso para aprender a perdonar. 

 

Muchas veces lo que nos impide perdonar es que el dolor de la situación es muy profundo, nos sentimos completamente vulnerables y violentados y lo único que buscamos es justicia.  Mas que justicia, el equilibrar las cosas es la forma en la que nuestra esencia, nuestro ser, siente que puede recuperar su poder y por ende resolver la situación que nos hirió. A veces, es tan solo un instante, que sin importar la razón, permitimos lo sucedido, ya sea porque no nos sentimos capaces de enfrentar la situación de otra manera, por no saber cómo evitarla o detenerla o incluso por falta de amor propio; es probable que no teníamos la certeza, fortaleza ni herramientas para hacerlo. 

 

Si una y otra vez pensamos en la situación que nos hirió, buscando un resultado diferente, es porque creemos que no debió de haber sucedido así y entonces queremos esa “justicia”. Sin embargo, si no podemos perdonar, lo que se sucede es que justamente pensamos una y otra vez en lo sucedido; al pensarlo, lo sentimos y al sentirlo, lo volvemos a vivir. No podemos crear un futuro diferente si todo el tiempo estamos reviviendo ese dolor. Lo único que nos permite dejar de vivir el dolor, dejar de ocupar nuestro tiempo y nuestro poder de creación (pensamientos) en el dolor, es el perdón. Lo único que va a darnos una sensación de justicia es comprender que la experiencia sirvió un propósito, que hemos aprendido y que podemos perdonar para seguir adelante. 

 

Por el contrario, cuando nosotros fuimos los que causamos ese dolor, es importante pedir perdón y perdonarnos a nosotros mismos. De la misma manera en que el abusado revive su dolor, el abusador, al no perdonarse o no pedir perdón, continúa lastimándose al sentir el dolor causado. Muchas veces, cuando hacemos algo que sabemos que no debemos de hacer, que sabemos que causa dolor o que creemos que está mal, sentimos culpa y esa culpa no nos permite descansar ni salir adelante. Mientras más frecuentemente  caemos en la culpa, más fácil es volver a caer. Podemos engañarnos al decirnos que no podemos cambiar nada y así sentimos que seguimos adelante, pero la realidad es que siempre y cuando no pidamos perdón ni nos perdonemos, aunque pensemos que podemos vivir con la culpa, esas situaciones serán recurrentes hasta que encontremos el aprendizaje, la razón detrás de  nuestras acciones y nos perdonemos para de verdad sanar y avanzar. Para poder pedir perdón es necesario primero perdonarse a uno mismo. 

 

Recuerda que para nuestro subconsciente no existe el pasado ni el futuro; nuestras memorias y poder de análisis vive todo en el presente, ya que nos imaginamos lo que sucedió o lo que puede suceder y al imaginarlo, lo sentimos y al sentirlo, lo vivimos. Así de poderosa es nuestra mente. Por eso, aunque la justicia es importante, perdona. La vida siempre equilibra todo en el momento correcto, de la mejor manera. Además una sensación de justicia cuando solo se considera un lado de la situación, nunca está completa. Tu vida es ahora y si decides ocupar tu tiempo y tu energía en esa falsa sensación de justicia, perderás la oportunidad de todo lo que puedes experimentar. Mejor elige el perdón y disfruta de lo que realmente deseas. Tampoco te quedes atrapado en la culpa porque es “más sencillo” seguir adelante, si no pides perdón ni perdonas, tampoco podrás vivir un futuro diferente ni vivir tu verdadero e ilimitado poder de creación. 

 

Esto, en pocas palabras, es lo mismo que sucede cuando perdonamos. Al perdonar, yo me elijo a mí, yo me enfoco en mí, yo recupero y utilizo mi poder; dejo de culpar a los demás o a mi entorno de lo que me sucede y elijo tomar las riendas de mi vida para empezar a vivir lo que deseo. En el momento en el que perdonamos, creamos nuestra realidad al aceptar lo que sucedió sin culpa ni arrepentimiento y seguimos adelante con amor.

 

Recuerda que el perdón beneficia al que lo ofrece u otorga. Cuando pido perdón, entiendo lo que creé y sus efectos siendo responsable y dándome la oportunidad de elegir un nuevo camino, una nueva reacción y por ende un futuro diferente. Cuando perdono, entiendo lo que sucedió desde otra perspectiva y decido crear para mí un futuro diferente donde no esté constantemente enfocado en lo que no puedo cambiar (los demás y mi entorno pasado), dejo atrás el trauma, el dolor y la tristeza.

 

Al utilizar la energía del perdón, te liberas de la negatividad y eliges la luz, el amor, la solución. Es el principio de la sanación y protección más poderosa que existe, el camino hacia el amor. Además, el perdón tiene la capacidad de aliviar a todos los involucrados en una cierta experiencia.

 

Hay personas que no saben cómo utilizar la energía del perdón, incluso cuando reconocen sus faltas lo hacen desde la culpa y no desde el perdón, pueden tener miedo de recibir un castigo, rechazo o retribución. Cuando estamos atrapados en el drama de lo que sucedió, caemos en esta culpa que nos impide crear algo diferente o resolver lo sucedido. Evita el drama, el miedo, el arrepentimiento al sentir el perdón verdadero ya que esta energía te protegerá y te guiará a la sanción y al entendimiento. Pide perdón, no te disculpes. Perdona, no te vengues. El perdón no busca castigar ni culpar, sólo sanar y resolver.

 

El perdón es un instante en el que logramos vivir sin juicio. Cuando ponemos primero a los demás y a lo que nos rodea sabiendo que al darles su lugar también nos damos nuestro lugar, cortamos con el rencor, el rechazo, el arrepentimiento y el resentimiento, para vivir un momento de verdadero amor incondicional, un momento de perfecto entendimiento y compasión. Esto abre nuestra mente a nuestro poder de creación.

 

Al perdonar asumo y comparto mi luz, mi esencia y acepto la divinidad en mi y en los demás y dejo que esa divinidad sane. Cuando perdono obtengo protección, aceptación, entendimiento, compasión, libertad, desapego, flexibilidad, potencial ilimitado de creación.

Observa cómo te sientes cuando perdonas

 

Esta semana enfócate en cómo te sientes cuando recuerdas situaciones de dolor en tu vida. De preferencia, piensa en situaciones donde te hayan causado dolor y en las que tu pudieras haber causado el dolor. 

 

Con tus ojos cerrado, recuerda lo que sucedió. Siente tu cuerpo, siente tu corazón. Analiza tus sentimientos y lo que sucede cuando lo recuerdas. ¿Qué pasa después? Es común que cuando lo pensamos, lo sentimos y lo volvemos a vivir, nuestra mente tenga una salida para poder pensar en algo más. Es común al recordar un hecho doloroso que nuestra mente nos de una solución diferente a lo que pasó, ahí podemos ver parte del aprendizaje, lo que podemos hacer si nos enfrentaremos a una situación similar. Es bueno reconocer lo que puedes hacer diferente para entender lo que puedes aprender, eso te lleva al perdón. 

 

¿Cuánto tiempo te toma pensar algo diferente y enfocarte en tu presente?

 

¿Cuánto tiempo mantienes esas sensaciones y emociones que sentiste al recordar?

 

¿Realmente, puedes dejar ir esos sentimientos negativos o ahora que haz recordado, lo seguirás sintiendo y pensando durante todo el día o el resto de la semana? Si es así puedes ser tu cerebro analizando para encontrar el aprendizaje. 

 

Ahora, practica perdonar. Perdona a quien te dañó. Pide perdón. Perdónate.

 

Cierra una vez más tus ojos, recuerda lo que sucedió, pero ahora imagina como perdonas, pides perdón y como te perdonas a ti (siempre incluye perdonarte a ti, incluso cuando el dolor te lo causaron). Vuelve a sentir tu cuerpo, tu corazón. Analiza tus sentimientos y percibe si ahora te sientes mejor y si ahora puedes enfocarte mejor en crear algo más, algo diferente.

 

Una vez que perdonas, puedes dejar ir la experiencia y elegir un pensamiento diferente al dolor, al enojo o a cualquier sentimiento negativo que se conecte a la experiencia recordada.

  • Muchas veces no perdonamos porque es más fácil vivir lo conocido que lo desconocido.
  • El miedo a lo diferente es lo que mas nos impide perdonar, no saber en qué enfocar nuestra energía, en saber quienes somos y lo que podemos lograr sin el rencor.
  • Solo la persona que se ama por completo puede amar de verdad. El amor verdadero nunca desaparece y por eso al amarnos por completo, nada ni nadie nos puede lastimar de verdad ni tampoco lastimaremos a nadie.
  • Siempre perdónate a ti. Cuando reconoces que el dolor que sucedió pudo haber sido permitido por ti, es importante perdonarse.

Algunos ejemplos de los cambios que podemos percibir...

 

Cuando perdonamos vivimos con tranquilidad, paz, tenemos una menta clara y libre para crear. Estamos enfocados en nuestro presente y futuro. Dejamos de ser víctimas de nuestro pasado o de los demás. Reconociendo que somos los creadores de nuestra propia realidad, que elegimos entender, aprender, perdonar y avanzar. Si vives atado a tu pasado, tu avance es limitado. 

 

Permítete lograr todos tus sueños con la libertad del perdón y del amor propio. Cuando nos amamos de verdad podemos ver que las acciones de los demás, incluso cuando son dirigidas a mi, no tienen que ver conmigo, sino con quienes actúan; esto nos protege, impide que nos dañen, porque no se trata de uno, se trata de ellos, podemos tener compasión y entendimiento y no nos sentimos heridos por temas que no son nuestros. El perdón es protección, liberación y amor. Deja ir el rencor, resentimiento y los arrepentimientos de tu pasado, perdona y descubrirás quien eres de verdad y cual es tu verdadero potencial. 

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