¿Cómo en Entender la Confianza?

¿Cómo entender la confianza?

La confianza es una gran virtud con una amplia definición. Por un lado, es la certeza y esperanza que tenemos en alguien o en algo; por otro lado, es la seguridad que tenemos de nosotros mismos. También es el sentimiento de certeza o convicción en la capacidad de alguien o algo para obtener un resultado deseado.

 

La confianza va de la mano de la fe, esperanza, familiaridad, constancia, certeza, seguridad, ánimo y sostén. A diferencia de la confianza, la fe es ese sentimiento que tenemos cuando reconocemos que el amor existe y a través de ese amor se crea un universo increíble. La confianza nace de esa fe y es cuando tomamos acción. La fe se tiene, la confianza se adquiere. La fe es simplemente creer sin pedir pruebas ni demandar nada a cambio; la confianza requiere hechos, aciones y resultados; se siembra, se cosecha y se cultiva. Podríamos ver la fe como pasiva y la confianza como activa. Por eso primero se tiene fe y luego se confía.

 

La confianza se gana y/o adquiere a través de nuestras experiencias y conocimientos, no debe de ser ciega, darse a cualquiera ni darse por sentado. Primero necesitamos conocer y entender para luego confiar. Conocemos lo que es la confianza cuando interactuamos con otras energías a nuestro alrededor; ya sea personas, situaciones, la naturaleza, etc. En esa interacción debe de existir una comunicación abierta, honestidad y compromiso además de amor y respeto.

Aprendemos a confiar a través de nuestras experiencias y conocimientos. Por ejemplo, antes de confiar que podemos caminar, observamos a los demás a nuestro alrededor y creemos (fe) que nosotros también podemos hacerlo, probamos mover nuestro cuerpo, empezamos a gatear y poco a poco a utilizar objetos a nuestro alrededor para sostenernos y finalmente ponernos de pie dando pequeños pasos hasta encontrar nuestro equilibrio y caminar con firmeza y seguridad. Una vez experimentada cada etapa de aprendizaje y observación, confiamos en que nuestro cuerpo puede caminar, sabemos que lo podemos hacer y que si nos ponemos de pie nuestro cuerpo nos sostendrá y caminaremos con confianza. 

 

Así es como a través de nuestras experiencias, adquirimos los conocimientos necesarios para confiar en nosotros mismos, en los demás, en nuestro mundo y en lo divino. Es importante desarrollar nuestras habilidades por medio de la práctica para que esos conocimientos nos permitan un verdadero entendimiento por medio del cual lograremos el discernimiento adecuado para realmente saber lo que es la confianza, cuando y como confiar.

 

La confianza atrae confianza 

 

Aunque la confianza es una virtud muy extensa con varias facetas, vamos a empezar con nosotros mismos para experimentar la confianza. 

 

Por lo general, las personas creemos que los demás actuarán de buena fé, ¿tu eres confiable? ¿Los demás pueden de verdad confiar en ti? ¿Confías en ti?

 

Haz una pequeña introspección con la ayuda de las siguiente preguntas para ver qué tan confiable eres.

 

¿Cumples tus promesas y compromisos?

¿Haces tu mejor esfuerzo?

¿Eres constante en tus acciones y palabras?

¿Eres honesto en lo que puedes y lo que no puedes hacer?

Cuando te involucras en cosas nuevas o diferentes, ¿te tomas el tiempo para aprender y practicar antes comprometer a lograrlo?

Para ti, ¿qué significa confiar en ti?

¿Eres honesto contigo mismo y con los demás?

 

Contesta con la mayor honestidad posible y al ver en qué áreas sientes te falta ser más confiable, ponte metas y acciones para mejorar y ser una persona de confianza siempre y en todo momento. Algunas acciones que puedes elegir son:

 

De ahora en adelante cumplo con mis compromisos.

Soy honesto y cuando sé que no puedo lograr algo, no me comprometo a hacerlo o busco una alternativa para cooperar dentro de lo que soy capaz de hacer. 

Pongo atención a mis virtudes y limitaciones, elijo mejorar mis habilidades y aprovechar más lo que ya sé hacer para mi beneficio y el de los demás. 

  • Tener confianza en uno mismo es conocerse. Acepta tus virtudes y habilidades así como también tus limitaciones y lo que aún estas aprendiendo.
  • Enfocar tu energía hacia el bien común y dedicar parte de tu atención hacia los demás y lo que te rodea te permite confiar en lo que puedes hacer y los demás confiarán en ti también ya que no sólo se trata de ti, sino también de los demás y encontrarás el impulso adecuado para cumplir con tus promesas y compromisos.
  • Sé honesto contigo y con los demás. No porque alguien me confíe algo tengo que hacerlo. Si soy una persona confiable, la gente sabrá qué esperar de mi, incluso lo que no haré o no deseo hacer.
  • Si te falta confianza en ti para lograr algo, puede ser necesario cambiar tu perspectiva y encontrar que ya has logrado mucho. Busca en tu memoria todas las veces que has podido lograr algo y utilízalo como inspiración, por ejemplo: “si aprendí a caminar, puedo aprender a correr”.
  • Puede ser que inmediatamente escuches una voz interior que te dice: “nunca lo logras”, “nunca haces lo que te propones”, “de nada sirve cumplir, no hace la diferencia”. En ese caso refútalo y afirma: “confío en que esta vez lo haré”, “todo lo que hago tiene valor”, “sé que lo puedo lograr”. Busca tu inspiración y motivación para lograrlo y toma acción.
  • Cuando haya duda en uno mismo, en los demás o en lo divino esta semana, pregúntate, ¿si confiara en mi, qué pasaría? Si existe la posibilidad de lograrlo, ¿cómo lo puedo lograr? ¿Si confiara en lo divino, cómo me sentiría?, ¿cuál sería el resultado si confiara en lo divino?

Lo opuesto a la confianza...

 

Cuando una persona no es confiable, es alguien que no tiene certeza de sí mismo, que busca aprovecharse de la bondad de otros; da por sentado todo lo que sucede y todo lo que los demás hacen sin apreciar el esfuerzo y lo maravilloso que es cada logro y cada creación. Esa falta de gratitud y valoración hace que en vez de confiar se aproveche de otros o de las situaciones y deja de ser una persona responsable, honesta, cumplida y por ende confiable. Cae en la incredulidad, desconfianza, vileza, mentira, falta de seguridad, hipocresía, malicia.

 

Por eso, siempre es importante reconocer lo valioso y la importancia de cada persona, todo lo que son, lo que hacen y lo que pueden lograr sin simplemente dar como un hecho que lo que hacen se tiene que hacer o exigir sin gratitud. Valorar cada persona o situación, también nos ayudara a darnos nuestro propio valor e importancia y de esta manera seremos más confiables y confiaremos más en los demás con un mejor discernimiento.

 

La falta de confianza en lo divino también nos lleva a la duda, la incertidumbre, la inseguridad; nos impide actuar sin miedo. Nos hace cuestionar o temer todas las posibilidades, esperando el peor resultado. Por eso, cuando tengas miedo, duda o incertidumbre acerca de ti o los demás, te puede servir elevar una oración con fe y amor hacia lo divino; con eso encontrarás consuelo, tranquilidad y si abres tu corazón recibirás confianza e inspiración divina. Sobretodo, si aprecias y agradeces todo lo que ya tienes y eres, gracias a ese amor divino.

 

Escribir comentario

Comentarios: 0