Vivir con verdadera gratitud nace del corazón, no la obligación

Vivir con verdadera gratitud nace del corazón, no la obligación

Estamos acostumbrados a dar las gracias por educación. Dependiendo nuestra cultura o círculo social, la forma en que nos han educado puede variar, pero algo común es que nos “obligan” a dar las gracias en muchas cuestiones sociales. Esto es porque nuestros ancestros entendían el poder de la gratitud. 

 

Desafortunadamente dar las gracias por obligación, por compromiso o por costumbre no es lo mismo a vivir en gratitud. Incluso a veces nos sentimos obligados a dar las gracias en situaciones en que nos están faltando al respeto simplemente por “buena educación”. 

 

Es momento de que al dar gracias realmente vibremos en agradecimiento. Con eso generaremos conexiones interpersonales mucho más íntimas y sinceras. Podremos ver lo que realmente tenemos y podremos salir del vicio de la queja. Es mucho más sencillo quejarse por lo que nos hace falta, que valorar lo que sí tenemos y reconocer el esfuerzo que requiere lograr lo que deseamos. Cada uno puede ser quien desea ser, lograr lo que desea lograr y vivir la realidad que desee. Simplemente hay que tener aceptación de uno mismo y gratitud por lo que tenemos y las oportunidades que se presenten (o que generemos). 

 

Ver lo que otros tienen desde un punto externo puede generar una sensación de injusticia o de comparación, pero ¿de verdad queremos vivir la vida del otro? Si vamos a ver las “ventajas” de ser alguien más, debemos esforzarnos por ver las “desventajas”, puede ser que nos demos cuenta de que lo que tenemos nosotros y lo que somos nosotros es mucho más valioso de lo que creíamos. 

 

Una actitud de gratitud nos permite enfocarnos en lo que es importante y valioso para nosotros en nuestra vida. Si contamos nuestras bendiciones, podremos ver que tenemos mucho a nuestro favor y que esas bendiciones pueden crecer si les damos la importancia y valor a lo que tenemos y lo que deseamos lograr. Así no hay sacrificio, no hay abandono, hay simplemente enfoque y logros. 

Agradece de verdad y no por costumbre

Olvidemos el sentido social de dar gracias; cuando una persona te agradece sinceramente, no por costumbre u obligación, puedes sentirlo. Incluso puedes detenerte a escucharlo, a aceptarlo con mayor reverencia. Te invitamos a escucharte. Cada vez que vayas a decir “gracias” haz una breve pausa y siente la vibración de la gratitud. Al decir gracias, mira a la persona a los ojos y en tu mente encuentra la razón por la que agradeces. Verás que la palabra empieza a tener un mejor significado y un peso más significativo. 

 

Además te invitamos a observar todo en tu vida y reconocer lo que puedes agradecer. Es mucho más sencillo quejarse y ver lo negativo; en general es más común ver lo que no queremos, lo que desearíamos que fuera e incluso lo que sentimos que debería ser nuestro. Pero si vemos todo lo que sí tenemos y todo lo que sí hemos logrado, podremos entrar cada vez mas en gratitud.

 

Incluso a una persona que le pagas por un servicio, agradece que está dispuesta a hacer ese servicio. Reconoce que está haciendo su esfuerzo, sin importar sus motivaciones o limitaciones y que tu te estás beneficiando de ese servicio. Al agradecer de corazón, la persona sentirá esa vibración y podrá realiza mejor el servicio.

 

En todas las interacciones que tengas en tu día, deja de verlas como “obligaciones”, “compromisos” , “su trabajo”, ve a la persona detrás y encuentra la gratitud en tu corazón y demuéstralo. Estarás mejorando tu vida y la de alguien más, aunque sea por un breve momento.

  • Todos tenemos motivaciones ocultas, obligaciones, necesidades, dificultades que vencer. Deja de compararte con los demás y de exigir a otros, sé respetuoso, amable y agradecido. 
  • La vida tiene cambios constantes, si tu interactúas desde la humildad y la gratitud, nunca te faltará nada. La arrogancia es un camino solitario.
  • Cuando vayas a agradecer, tómate un momento para apreciar lo que aconteció y busca lo especial que hay en los demás; verás que tu agradecimiento será cada vez más sincero y real.

Algo que nos ayuda a mantener nuestra gratitud...

Recuerda que las emociones son vibraciones que se sienten de ambos lados. Si tu agradeces, tu sientes la gratitud y la otra persona también. Tu entorno se va a llenar de las vibraciones y frecuencias que tu eliges. Vivir una vida virtuosa te trae los beneficios de esas virtudes a ti y a todo lo que te rodea. 

 

La gratitud es una gran virtud y muchos sentimos que hay poca gratitud hacia nuestros esfuerzos, es momento de cambiarlo. Acuérdate de agradecerte a ti, por estar, por soñar, por desear mejorar, porque eso es el inicio de un camino virtuoso. 

 

Siempre incluye algo nuevo a tu lista de agradecimiento y cuando algo no haya salido como querías o sientas esa crítica, comparación o juicio en tus expresiones, recuerda dónde te encuentras hoy y que hoy es mejor que ayer y que hoy tienes todavía la oportunidad de mejorar, cambiar o lograr lo que sea ya que hoy, estas vivo. Agradécete por lo que eres y enfócate en lo que crearás al siguiente momento. Elegir crear tu futuro en vez de preocuparte o atorarte en el pasado, te permite tener una vibración más positiva y por ende agradecer de verdad.

 

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